Hoy queremos aprovechar este Día de la Mujer para reflexionar sobre cómo las expectativas sociales y culturales sobre la belleza femenina impactan nuestras vidas. Estas expectativas a menudo influyen en cómo nos percibimos y en cómo nos movemos por el mundo.
Empecemos por preguntarnos:
- ¿Sentís algún mandato sobre tu rol como mujer o persona? ¿Cuáles?
- ¿Qué etiquetas te pesan en el rol de la mujer?
¿Pueden reconocer aquello que impacta luego en tu personalidad?
Que de golpe sin darse cuenta se castigan por sus defectos, o por las cosas a las cuales no son capaces de llegar o alcanzar, o inclusive se ven estancadas en su desarrollo personal.
Muchas veces dejamos de lado nuestros propios deseos y motivaciones por lo que pensamos que se espera de nosotras. Sin darnos cuenta podemos actuar y vivir desde cánones y estructuras para ser valoradas.
Nos movemos en la vida desde distintos modelos de funcionamiento en los que el perfeccionismo se hace presente constantemente y muchas veces nos enferma.
El perfeccionismo de lo que una mujer “debería ser” o “debería tener”, incluso con lo que “debería cumplir”. Una lista eterna de cosas con las que deberíamos cumplir que nos llevan a una eterna sensación de insatisfacción.
Llegar a todo perfecto en la vida nos hace sentir vacías. El cerebro te enseña todo lo que podría llegar a ser, la cabeza no deja de ver mejoras, siempre algo a resolver o a mejorar. Pero esto no es real, siempre va a haber algo más, siempre va a haber alguna manera mejor, por lo cual ese nivel de perfeccionismo es inalcanzable. Y es con lo cual nos debemos amigar.
Necesitamos un equilibrio necesario para armonizar las áreas de vida personal profesional y laboral. Porque, sin darnos cuenta, el ideal altera nuestro equilibrio y nos lleva a una constante insatisfacción, frustración y exigencia.
Estos estándares no sólo son externos, sino que también pueden tener un impacto significativo en nuestra autoestima, nuestra identidad y nuestra salud mental. Queremos invitarlas a todas a pensar más allá de lo femenino tal como se nos impone y a cuestionar estas normas culturales que nos limitan y nos reducen a meros objetos de idealización o belleza