2 de abril: Día Mundial de Concientización sobre el Autismo
Hoy queremos charlar del TEA, Trastorno del Espectro Autista. Lo que nos gustaría hacer es aportar nuestra mirada, no desde un lugar de expertos, pero si consideramos que desde nuestras distintas experiencias como profesionales de la salud mental podemos contarles un poco y que podamos ver al Autismo no como algo tan distante o ajeno.
Hoy se escucha mucho el término capacidades especiales en lugar del término discapacidad, y no es un simple modismo… nos gustaría que a partir de estas líneas logremos entender que el TEA no implica una persona que carece de algo, sino que entendamos que el TEA engloba a un grupo de personas que perciben al mundo de una manera diferente a la que muchos lo hacemos. Y en base a nuestra experiencia, acompañando casos, uno aprende mucho de su hermosa manera de percibir el mundo.
Vale aclarar, que cuando hablamos de Autismo hablamos de un ESPECTRO, es decir, de un abanico amplio de posibilidades. No hay un solo tipo de persona Autista. Aquellos que tenemos poco o nulo contacto con personas con Autismo tendemos a tener una imagen un poco hollywoodense de cómo son estas personas.
Empecemos por informarnos… ¿Qué es el TEA? Un diagnóstico de TEA se da en base a un grupo de condiciones del neurodesarrollo caracterizadas por dificultades sociales y de comunicación, conductas repetitivas, e intereses restringidos, lo cual puede variar según la persona ¿Y esto qué quiere decir?
En cuanto a la comunicación nos encontramos con diversas posibilidades. Lo que si se observa es una dificultad en lo que se llama Teorías de la Mente, una capacidad humana que nos permite reconocer emociones propias, las de otros, mentiras, mentiras piadosas, engaños, bromas, o incluso tener la capacidad de mentir o engañar a los demás. Muchos lo comparan con la empatía. Esto les dificulta entender y manejarse en un mundo social que se rige por estos códigos. Pero de vuelta, lo cual no quiere decir que carezcan de empatía o comprensión de las emociones, si no que lo hacen de otra manera y aquí nos encontramos con diversas posibilidades como personas. En mi experiencia como acompañante me encontré con que él me veía y leía de otra manera, su atención era más allá de lo que yo pudiera mostrar.
En la interacción social también pueden presentarse diferencias. No por que no tengan deseo de relacionarse, la interacción social es una necesidad humana, la forma es lo que varía en este caso. Los lugares muy concurridos y ruidosos pueden resultar muy abrumantes ya que sus sentidos son muy sensibles y esto les puede generar una sobre estimulación. Las aulas, los entornos sociales poco inclusivos tienen poco en cuenta las necesidades de estas personas, generando muchas veces, la exclusión.
Los patrones repetitivos y restrictivos de comportamientos hacen referencia a movimientos corporales, la forma de utilizar u alinear los objetos o juguetes (en niños) y utilización de objetos de manera estereotipada. Mismo esto se puede ver en el habla, repitiendo palabras, frases o ecolalia.
Las personas con TEA se apegan mucho a sus rutinas, estas les proveen estabilidad y calma. Ser anticipatorio con los cambios y respetar sus rutinas los ayuda mucho.
Sus intereses especiales suelen tomar gran valor. Esto se observa con gran claridad en la serie Atypical, donde el personaje tiene un gran interés por los pingüinos y la Antártica. Obviamente estos intereses son tan variados como las personas y la forma de acercarse a estos también lo son (sea desde el arte, la ciencia, etc.)
Como sociedad la tendencia actual es tratar de buscar reducir la diferencia, lo cual implica un gran desafío para la persona con autismo que debe adaptarse a un mundo con poca tolerancia a la diversidad…
¿Qué pasaría si en vez de ellos adaptarse al mundo, el mundo se adaptara a ellos?
“… Debemos esforzarnos por comprender que no todos procesamos la información de la misma manera. Las personas con autismo tienen características únicas, las cuales, a nuestros ojos, podrían manifestarse como diferencias o discapacidades, pero no son más que diversas formas de ver el mundo: ni mejores ni peores, sino distintas. Estas diferencias plantean para la persona con autismo muchos desafíos al vivir en esta sociedad.”
(p.109) Matías Cadaveira y Claudio Waisburg en el libro Autismo, Guía para padres y profesionales.