Vergüenza sensación aversiva de sentirnos inadecuados o desaprobados por el contexto que nos rodea. ¿Por qué es tan difícil esta emoción? Simplemente es una emoción.
Peero, le gusta venir acompañada de muchas sensaciones incómodas que como humanos no nos gustan transitar, sensación de calor, falta de aire, enrojecimiento, entumecimiento, temblores, etc. Te convierte en chiquitx y solo querés correr a esconderte.
Muchas veces a nuestra amiga vergüenza le encanta juntarse y venir acompañada de la sensación de ansiedad. La ansiedad aparece y te grita un mensaje: “PELIGRO”… miedo a quedar en ridículo, expuestx o producto de burla para otrx.
Algunas personas reaccionan frente a ella corriendo, alejándose, silenciando o ocultándose.
Ella, a su vez, adora a su amiga la perfección y mucho más a su amiga silencio. La perfección despierta el sentimiento o idea intensamente dolorosa de creer que somos imperfectos y por tanto no merecedores de recibir amor ni de pertenecer. Pero la verdad, ¿es posible la perfección? ¿Qué es eso? Muchas veces esa perfección viene de la mano de los ideales. Los ideales, ideales son, no son alcanzables, son ideas para abrir el camino a caminar, pero no un destino a llegar. Los ideales nos mueven a los seres humanos pero no están hechos para lograrlos.
Perfeccionismo no es lo mismo que esforzarnos a dar lo mejor que podemos. No esta relacionado con logros saludables y crecimiento, es la creencia firme de que si vivimos de forma perfecta, un cuerpo perfecto, una actitud perfecta, una productividad perfecta y actuamos de modo perfecto, vamos a poder minimizar el dolor, la culpa, el juicio. Es una ilusión. Una ilusión que nos desconecta de lo propio y lo de afuera. Nos alejamos de lo que somos para tratar de ser. Tratar ser eso que creemos va a ser aceptado.
La necesidad de ser “perfectxs” se asocia a buscar aprobación y aceptación. A los perfeccionistas nos encanta que nos alaben, nos aplaudan y registren lo que hacemos. y cuando no nos ven.. miedo a no estar aprobados. “Somos lo que conseguimos y la forma de conseguirlo”.
Una mirada compasiva nos ofrece la idea de poder cuestionarnos la autoexigencia vs la auto corrección. Esta presión constante de presionarnos a más más y cada vez más, diferente a la idea de aceptar lo que no sale como esperábamos y ver qué y cómo elegimos modificarlo. El esfuerzo puesto en ¿Cómo puedo mejorar? , diferente a la presión de exigirnos ?¿Qué va a pensar el otro de mi?
Poder preguntarnos la diferencia entre perfeccionismo y esfuerzo, nos permite salir de esta ilusión de lo que debe ser alcanzable o de cierta manera. Animarnos a salir al mundo imperfectos, pero salir detrás de lo que deseamos y somos. Porque lamento contarles.. somos todos imperfectos, y es ahi, donde radica la magia del mundo. La imperfección nos lleva a seguir buscando, descubriendo y creciendo. Pero debemos comprender que no hay un destino al que llegar, sino simplemente un camino a elegir y luego caminar, con la posibilidad de siempre seguir eligiendo nuevos caminos.
La vergüenza corroe la parte de nosotros que cree que podemos cambiar y hacer otras cosas. No te permite creer que podes hacer las cosas de modo diferente. Te mantiene alejado del sentimiento de valía personal, solo se basa en el MIEDO. Miedo a cometer errores, a fracasar, a no gustar, a quedar solo, a decepcionar y tantos más.
¿Qué creencias tenemos de cómo deberíamos ser, lucir o actuar? Te animas a pensar qué ideas te presionan o te hacen sentir que no encajas? Cuando estamos constantemente luchando con aquellas partes que creemos no encajan, no son gustables o aceptables, terminamos alejándonos de lo que es nuestro. Tenemos el desafío de entender que somos VALIDOS de la forma que somos. Entender que ese valor no tiene que ver con una lista de requisitos a alcanzar. Cuando logré… cuando tenga… cuando consiga… cuando pueda.. Ya somos válidos y únicos y desde ahí podemos buscar lo que tengamos ganas de encontrar, pero no para ser algo o convertirme en algo.
No hay manera de controlar la percepción que el otrx va a tener de mi. Por mucha energía y esfuerzo que pongamos en gustarle al otrx, y que nos apruebe no tenemos manera de controlarlo. ¿Qué tal si ponemos toda esa energía y esfuerzo en lo que nos gusta, nos hace ser quienes realmente somos? y tal vez, de esa manera encontrarnos resonando en espacios donde nos sintamos a gusto y cómodos con expresarnos y mostrarnos.
Pero lo más importante que tenemos que saber de la vergüenza… es que ella pierde poder cuando la expresamos en voz alta, es decir cuando la nombramos la exteriorizamos. Cuando nos animamos a sacarla al exterior y compartirla.
Es la conexión humana, el yo también, te entiendo lo sentí, aliviana nuestra carga. Nadie está exento de sentir vergüenza.
- Todxs la sentimos
- Es universal
- Las únicas personas que no la experimentan son aquellas que carecen de empatía y conexión humana
- Nos asusta hablar de ella
- Cuanto menos hablamos de ella más nos controla
Si vamos a encontrarnos el unx al otrx compartiendo lo que sentimos, tenemos que entender y conocer la empatía, porque la empatía es el antídoto para la vergüenza, las inseguridades, los miedos.
El mundo está lleno de diferentes formas, y todas lindas y valiosas por igual. No recortes la tuya para encajar y no mires la de otro como algo a recortar o que algo le falta. Cada forma es singular y única. Por eso este mundo es tan rico en diferencias y se crean los mejores inventos a partir de muchas personas que son y miran el mundo distinto.