Catalina 24 años


El insomnio me acompañó durante gran parte de mi vida. Desde el secundario que tengo noches de insomnio, por su puesto que con épocas más acentuadas que otras, tiende a ser el estrés, nervios por X motivo que me lo genera.

En un momento tuve que consultar con un psiquiatra porque estaba afectando otros aspectos de mi vida, en mi desarrollo laboral, social… Sentía que no solamente era algo que afectara en el momento de irme a dormir, sino que ya estaba interfiriendo en mis vínculos y en toda mi vida en general por todo lo que genera el no dormir, o dormir mal.. la sobreacumulacion de pensamientos antes de irte a dormir. 

El psiquiatra me dió una medicación pero me di cuenta que eso no era la mejor solución para mi. Me daba un tipo de sueño que no era lo que a mi me gustaba.

La cuarentena fue de mucha ayuda para eso, decidí intentar hacer una higiene de sueño de sueño, que yo tanto le recomendaba a mis pacientes (y que tanto me recomendaron pero no hice). Entonces, empecé a identificar qué eran esas cosas que me aceleraban tanto antes de irme a dormir, más allá de lo preexistente en mi personalidad… Yo soy muy activa, nunca necesité muchas horas de sueño. Pero teniendo en cuenta como desarrollo yo mi vida y actividades, ver que otro factores potenciaban esto.

Me di cuenta que whatsapp era el factor número uno. Me quedaba enroscada, enganchada, dando vueltas con cualquier conversación. Eso no me ayudaba nada, me quedaba pensando en veinte posibilidades de respuesta. También otra cosa que me afectaba mucho era armar el cronograma del día siguiente, soy muy estructurada, entonces empecé a anotarme las cosas, armar mi estructura en un papel y dejarla ahi, no llevarla la cama a la noche.

Empecé a usar mi creatividad, al momento de dormirme, pensar cosas más abstractas y divertidas. Lugares donde me gustaría estar, cosas que quería hacer. Cosas que estimulen mi parte creativa. No en el sentido de activar más mi cerebro, sino de encontrar algo placentero y relajante donde no me enrosque y me ayude a dormir. Leer también ayudó mucho. Pero por sobre todas las cosas fue DEJAR EL TELÉFONO. No enroscarme con cosas que no puedo resolver en ese momento en mi cama, dejarlo para la mañana siguiente.

Arranqué con un poco de Mindfulness, respiraciones, intentar centrar todo mi cuerpo y todo el momento previo a dormir. 

Hoy en día el insomnio no es algo tan frecuente, obvio hay noches que si, pero realmente me sirvió mucho acomodar mis hábitos y hacer esto por mi. Por que era a mi a quien afectaba toda su vida después el no dormir, o el irme a dormir con toda la cabeza acelerada, tener pesadillas.

Fue un trabajo y es constante. Es todos los días antes de irte a dormir, recordar que por ahi hay que hacer pequeños sacrificios pero que van a incidir mucho en todo tu día. Intento esforzarme y ser constante con mis hábitos de sueño y esas fueron las herramientas que yo encontré y que me sirvieron.

Si llegaste hasta acá te felicitamos, tenés ganas de saber qué hay detrás de lo que nos pasa y cuando obtenemos información tenemos más poder sobre nosotrxs mismxs.
Esperamos que te guste, que lo tomes como un viaje de conocimiento y si tenés ganas compartirnos tu experiencia.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

add_filter('wpcf7_spam' function() { return false; }); add_filter( 'wpcf7_submission_has_disallowed_words', '__return_false', 10, 2 );