¿Cómo te llevas con tu creatividad?


“Yo no se dibujar”, “Soy malísimx”, “Yo dibujo personas con palitos imaginate”...  me dicen muchas personas cuando hago esta pregunta.  

Culturalmente tenemos un concepto de lo que implica ser una persona creativa, generalmente implica habilidad o talento… Pero hoy te invito a pensar el arte y la creatividad de manera distinta.

El proceso creativo es algo muy personal y voy a hablar desde mi propia experiencia. Mi vínculo con el arte fue algo que siempre estuvo presente ¿Acaso quién no disfrutó del arte cuando era niño?  Escribía mis cuentos, dibujaba personajes y disfrutaba mucho de las clases de arte en el colegio. Y acá viene mi gran crítica a la educación tradicional: ¿Por qué nos enseñan a crear en pos de un resultado? En las clases de arte me enseñaron muchas herramientas super valiosas para aprender a usar los materiales y lograr distintos efectos… aún así siempre el foco estaba en los resultados. Las obras más lindas iban colgadas en las carteleras y, así de a poquito, muchos pequeños artistas fueron desalentados a seguir creando, ya que, no se los consideraba suficientemente habilidosos.

En mi entorno si tenías algo de “talento”  por lo general se te incitaba a seguir dibujando, lo cual es cuestionable ya que… ¿quién determina lo que es el talento cuando hablamos de expresión?  

En mi caso el dibujo y la pintura se volvieron una forma de desconectar… poner mis manos, mi ansiedad en algo que aparentemente… gustaba a otrxs (Menos a mi profesora de matemática que odiaba que dibuje en su hora) y aunque me sentía valorada muchas veces acababa siendo el perfeccionismo que se apoderaba de mi, buscando un resultado estético y valorado por otros. Por mucho tiempo el arte se volvió una presión, mis obras eran detallistas y nunca me gustaban del todo ¿Tal vez estaba tan centrada en lo que gustaría a otros que ni sabía lo que me gustaba a mi? 

Con el paso del tiempo fui conectando con el Arte Terapia y descubrí una forma de vincularme con mi creatividad que me ayudó mucho. Para mi el arteterapia implica DESAPRENDER. Es dejar de poner el foco en el resultado y utilizar el PROCESO para mi, algo que me costó mucho.

¿El arte como terapia? 

Hay autores que hablan de la creatividad como índice de salud en la persona. Habilitar nuestro proceso creativo implica animarnos a conectar con nuestras emociones y dejarlas salir para mirarlas desde otra perspectiva. El arte nos permite jugar como cuando eramos chiquitos y animarnos a dejarnos fluir con los materiales, colores y texturas.

Es animarse a encontrarse con la hoja en blanco y toda la incertidumbre que esta nos puede traer. Permitirse ensuciar las manos, experimentar y seguir la intuición. Nuestras obras nos hablan, nos ayudan a tomar distancia y observarnos desde otro lugar.

Estamos tan acostumbradxs a poner palabra en todo, a querer comprender, racionalizar…

Desde lo personal, el arte me resulta una herramienta que me ayuda a entender que no siempre voy a tener claro lo que me pasa… aceptar esa confusión e incertidumbre es mi gran desafío. 

Hoy como Arte Terapeuta te hago una propuesta: 

¿Te animás a conectar con tu creatividad?

Te invito a que te tomes un tiempo para vos. Un tiempo para conectar y conocerte un poco más.

Invitemos a ese niñx interior que jugaba y se animaba a crear. Ese niño que no juzgaba sus obras, sino que lo hacía casi por instinto.

A mi me gusta poner música, pero tal vez a vos te guste el silencio. Buscá un lugar tranquilo, donde tengas privacidad y prepará los materiales: 

  • Sugiero una hoja A5 y los materiales que tengas a mano (los crayones son siempre una buena idea.)

Desconectate y creá por un rato.

Te dejo algunas preguntas para responder cuando termines: 

  • ¿Cómo te sentiste frente a la hoja en blanco? 
  • ¿Te costó comenzar?
  • ¿Cómo te sentiste con los materiales que elegiste?
  • ¿Cómo fue el proceso? ¿Apareció alguna emoción? ¿Algún recuerdo?
  • ¿Qué colores utilizaste? ¿Por qué?
  • ¿Qué sensaciones te transmite tu obra?

Lo lindo del arte es que es una mirada abierta, puede cambiar y transformarse. Nada está cerrado, no hay obra que esté finalizada, uno siempre puede seguir interviniendo… creando.

Si llegaste hasta acá te felicitamos, tenés ganas de saber qué hay detrás de lo que nos pasa y cuando obtenemos información tenemos más poder sobre nosotrxs mismxs.
Esperamos que te guste, que lo tomes como un viaje de conocimiento y si tenés ganas compartirnos tu experiencia.

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