¿Qué es la dislexia?

Por Lic. Cynthia O´Farrell, Psicopedagoga consultada.

Hay muchas ideas dando vuelta sobre qué es la dislexia, por lo cual, voy a tratar de explicar qué es la dislexia y desmitificar ciertas cuestiones. Primero, tenemos que saber que la dislexia es una condición de origen neurológico. La buena noticia es que ésta se compensa con tratamiento y práctica. Tener dislexia no te hace menos inteligente, es más, para hablar de dislexia se debe tener como mínimo una inteligencia promedio. Algo que no se suele decir mucho es que ésta es hereditaria, lo cual significa que alguien de su familia puede tenerlo también.

¿Cómo se identifica?

La dislexia se presenta como una dificultad en la lectura. A las personas con dislexia leer las palabras largas y difíciles les cuesta más, y muchas veces no entienden lo que leen, o terminan de leer y se olvidan lo que leyeron. Es por eso que en general tienden a tener una conducta evitativa frente a la lectura, porque cuando les entregan un texto o cuento, sienten que no van a poder terminarlo. Se sienten frustrados y su autoestima se ve afectada porque leen lento, se traban, se pierden en el renglón y se le mezclan las letras. Además, al evitar la lectura no incorporan nuevo vocabulario, no desarrollan redes semánticas, asociaciones ni recursos para procesar el material escrito, entonces, fallan en la comprensión lectora y al escribir lo hacen de forma escueta, no prestando atención a los formatos académicos, pueden demostrar que saben, pero no le ponen cuidado a la ortografía, la puntuación y su vocabulario es pobre.

Aunque tienen mucha memoria para recordar cosas que vivieron, muchas veces tienen problemas con la nominación y les cuesta recordar el nombre de los meses del año, días de la semana y conceptos como sustantivos y adjetivos.

Asimismo, en matemáticas se olvidan cómo se hacen las cuentas, tardan más y les cuesta recordar las tablas.

Pero… ¿Por qué se da la dislexia?

El cerebro no está diseñado genéticamente para leer y escribir, sino para el lenguaje oral, es por eso que para aprender a leer y escribir se deben reciclar las áreas en el hemisferio izquierdo destinadas para ello. El cerebro necesita aprender el sistema de lectoescritura por etapas y asociarlo al lenguaje hablado, debe modificarse y re especializarse.

Pero, en un porcentaje de la población, este reciclaje no se da efectivamente y hoy, ya con la tecnología en neuroimágenes, se pudo observar qué áreas del cerebro, que están involucradas en la lectura fluida, se muestran hipoactivas al leer.

En un lector típico se activan las tres zonas del hemisferio izquierdo implicados en la lectura. Éstas son: el área prefrontal o de Broca (el análisis fonológico y la articulación se producen aquí ya que al intentar sonorizar las letras, juntarlas y leer, a la vez se deben articular las letras), la parieto-temporal (allí se da la fluidez y automaticidad lectora), y la occipito-temporal (llamada caja de las letras, ya que allí se almacena la forma visual de las letras y hacia dónde miran).

Las personas con dislexia, al leer, sólo activan el procesador fonológico (área de Broca) lo cual no permite una decodificación eficiente, y para poder leer de manera más fluida lo que hace es activar el hemisferio derecho en la parte posterior, donde se procesan las imágenes de caras y objetos, para los cuales no importa la orientación, es por eso que al leer confunden las letras en las que la orientación sí es importante: como la p con la d, la q y la p y la a y la e. Procesan las palabras como si fuesen imágenes, entonces hay mucho de adivinación en su lectura, ven las primeras tres letras y ya adivinan y no hacen una decodificación y un análisis visual que le permita precisión a la hora de leer. Además, a raíz de ésto, tienen todo el lóbulo frontal súper activado, generándole fatiga cognitiva y quitándole recursos a la comprensión.

Además, se pudo observar que para compensar, se activan otras zonas en el área derecha del cerebro, donde se encuentra el sentido musical, el sentido artístico, el sentido espacial, la intuición sensorial y la imaginación, por lo cual, son más creativos.

¿Sabías qué personas famosos tenían o tienen esta condición?

• Steven Spielberg: uno de los grandes directores del mundo, que nos regaló películas como E.T. el extraterrestre o jurassic park . Sin embargo, cuando estaba en el colegio le consideraban un mal estudiante y le diagnosticaron dislexia de adulto.
• Salma Hayek: la actriz que fue diagnosticada a los 5 años dice, “Es una forma de entrelazar las cosas, tener una perspectiva y una manera visual muy interesante de ver las cosas”
• Keira Knightley: Creían que Con 5 años leía perfectamente, hasta que le dieron un libro nuevo y no podía leerlo. Keira había estado memorizando los libros que su madre le leía. Su hermano también tenía dislexia.
• Tommy Hilfiger: El famoso diseñador de moda comunicó que tenía dislexia y, además, confirmó que había sufrido dificultades de aprendizaje y de atención.
• Jennifer Aniston: La diagnosticaron a los 20 años y dice “Simplemente, de joven creía que no era inteligente y me estuve esforzando durante años con esa creencia porque me costaba mucho memorizar cosas”

También se cree que figuras como Walt Disney, Albert Einstein y Steve Jobs tenían dislexia. Estas celebridades son tan solo algunos ejemplos de personas que han sido exitosas en sus profesiones teniendo dislexia. Pero no es necesario ser famoso para tener una vida exitosa. Hay infinidad de personas que han tenido éxito a su manera.

Gracias a que hoy en día el paradigma en la educación es la inclusión hay una ley que protege a todos los niños y niñas con esta condición, y que dice que todas las instituciones educativas deben brindar todos los apoyos que necesiten los personas con dislexia para poder lograr sus aprendizajes (Disposición 59).

Tener dislexia no es una limitación. Es importante su detección para poder conseguir tratarla convenientemente trabajando con ellos la comprensión lectora.

Cuando no se sabe que se tiene esta condición, se siente mucha frustración, uno se siente diferente, el conocer lo que a uno le pasa hace que pueda trabajar para poder compensarlo con diferentes estrategias.
Las dificultades de lectura son, en general, superables y, desde luego, pueden mejorar.